Fallece el Dr.
Ireneo Rojas
El doctor Rojas en junio de 2012, durante el acto de toma de protesta como responsable de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán. FOTO: DEPTO. DE COMUNICACIÓN DE LA UIIM.
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Un infarto complicado por un cuadro de neumonía cobró la vida del doctor en físico matemáticas Ireneo Rojas Hernández, poco antes del alba de este sábado 7 de diciembre de 2013. Tenía 72 años de edad.
Políglota y hombre cosmopolita, el doctor Rojas Hernández fue ante todo uno de los líderes étnicos más importantes del país a nivel regional, de manera particular en el ámbito de la academia y de las instituciones de educación superior y media–superior. Esta es, me parece, la dimensión que mejor lo define.
Tras realizar los primeros estudios en su Cherán natal, concluyó su licenciatura en Físico–Matemáticas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) en los años sesenta y continuó sus estudios en el Instituto Politécnico Nacional. Más tarde obtuvo una beca de especialización que le permitió viajar a Europa, donde permaneció casi una década, hasta doctorarse como físico matemático en Alemania, en la Universidad Eberhardina de la ciudad de Tübingen.
Volvió a Michoacán y se desempeñó como profesor e investigador en la UMSNH y también ocupó puestos en la administración pública estatal, como el de jefe del Departamento de Educación Indígena, dependiente de la Secretaría de Educación en el Estado. A partir de 1987 ingresó como miembro del Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Morelia.
Dada su larga estancia en Europa, dominaba el alemán y el inglés y también se las entendía con el francés y el italiano. Este rasgo contribuyó sin duda a fortalecer su interés por la preservación de su lengua materna (quizás recordando que Octavio Paz escribió una vez que "cada lenguaje es una forma de sentir el mundo"). De allí los pasos que lo condujeron a fundar y coordinar, en 1992, el Centro de Investigación y Estudio de la Cultura Purépecha, al seno del cual impulsó como uno de los principales proyectos uno de investigación sobre la lingüística del idioma de su grupo originario.
Yo lo conocí cuando fue designado director del Instituto Michoacano de Cultura (fue el cuarto titular del IMC, luego de Homero Aridjis, Humberto Urquiza y Saúl Juárez), durante el interinato gubernamental de Genovevo Figueroa Zamudio, en el turbulento lapso que medió entre 1988 y 1992, cuando la caza de brujas contra el Frente Democrático Nacional y luego contra el PRD estaba en su apogeo. Su periodo en el IMC se caracterizó por los esfuerzos dedicados a difundir las diferentes manifestaciones y tradiciones de la cultura purépecha, de manera particular en el terreno de la música.
Era un hombre que sabía escuchar y austero en el hablar. A pesar de que su semblante era básicamente adusto, la sonrisa le salía fácil, aunque discreta.
Nacido en mayo de 1941 en la comunidad de Cherán, el académico, docente y promotor cultural fue un hombre preocupado por colaborar al desarrollo de una relación intercultural armoniosa entre el pueblo purépecha y el mundo mestizo. A ese objetivo dirigió la mayor parte de su quehacer, al punto que se le reconoce más por sus experiencias para ensanchar el conocimiento sobre el horizonte cultural de su etnia materna que por los estudios y publicaciones que emprendió en el campo de su especialidad dentro de las Ciencias Duras.
Entre sus investigaciones figuran ensayos como "Cálculo teórico de las funciones de onda del polarón en cristales iónicos"; "Probabilidades de transición radiactiva y no radiactiva en estados excitados F y F' en cristales iónicos" y "Cálculos numéricos de la absorción óptica en los cristales iónicos NaCI, KCI y KBr". También impartió múltiples conferencias sobre física e investigación científica en diferentes instituciones de educación media y superior e institutos de física de la República Mexicana.
Políglota y hombre cosmopolita, el doctor Rojas Hernández fue ante todo uno de los líderes étnicos más importantes del país a nivel regional, de manera particular en el ámbito de la academia y de las instituciones de educación superior y media–superior. Esta es, me parece, la dimensión que mejor lo define.
Tras realizar los primeros estudios en su Cherán natal, concluyó su licenciatura en Físico–Matemáticas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) en los años sesenta y continuó sus estudios en el Instituto Politécnico Nacional. Más tarde obtuvo una beca de especialización que le permitió viajar a Europa, donde permaneció casi una década, hasta doctorarse como físico matemático en Alemania, en la Universidad Eberhardina de la ciudad de Tübingen.
Volvió a Michoacán y se desempeñó como profesor e investigador en la UMSNH y también ocupó puestos en la administración pública estatal, como el de jefe del Departamento de Educación Indígena, dependiente de la Secretaría de Educación en el Estado. A partir de 1987 ingresó como miembro del Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Morelia.
Dada su larga estancia en Europa, dominaba el alemán y el inglés y también se las entendía con el francés y el italiano. Este rasgo contribuyó sin duda a fortalecer su interés por la preservación de su lengua materna (quizás recordando que Octavio Paz escribió una vez que "cada lenguaje es una forma de sentir el mundo"). De allí los pasos que lo condujeron a fundar y coordinar, en 1992, el Centro de Investigación y Estudio de la Cultura Purépecha, al seno del cual impulsó como uno de los principales proyectos uno de investigación sobre la lingüística del idioma de su grupo originario.
Yo lo conocí cuando fue designado director del Instituto Michoacano de Cultura (fue el cuarto titular del IMC, luego de Homero Aridjis, Humberto Urquiza y Saúl Juárez), durante el interinato gubernamental de Genovevo Figueroa Zamudio, en el turbulento lapso que medió entre 1988 y 1992, cuando la caza de brujas contra el Frente Democrático Nacional y luego contra el PRD estaba en su apogeo. Su periodo en el IMC se caracterizó por los esfuerzos dedicados a difundir las diferentes manifestaciones y tradiciones de la cultura purépecha, de manera particular en el terreno de la música.
Era un hombre que sabía escuchar y austero en el hablar. A pesar de que su semblante era básicamente adusto, la sonrisa le salía fácil, aunque discreta.
Nacido en mayo de 1941 en la comunidad de Cherán, el académico, docente y promotor cultural fue un hombre preocupado por colaborar al desarrollo de una relación intercultural armoniosa entre el pueblo purépecha y el mundo mestizo. A ese objetivo dirigió la mayor parte de su quehacer, al punto que se le reconoce más por sus experiencias para ensanchar el conocimiento sobre el horizonte cultural de su etnia materna que por los estudios y publicaciones que emprendió en el campo de su especialidad dentro de las Ciencias Duras.
Entre sus investigaciones figuran ensayos como "Cálculo teórico de las funciones de onda del polarón en cristales iónicos"; "Probabilidades de transición radiactiva y no radiactiva en estados excitados F y F' en cristales iónicos" y "Cálculos numéricos de la absorción óptica en los cristales iónicos NaCI, KCI y KBr". También impartió múltiples conferencias sobre física e investigación científica en diferentes instituciones de educación media y superior e institutos de física de la República Mexicana.
El volumen de trabajos como los anteriores sólo es rebasado por el de los estudios que dedicó a su idioma natal. El más significativo de ellos es probablemente "El idioma de Michoacán" (Uandakua Michoakani Anapu), aparecido en 1992. A esta obra se suman títulos como "Escritos y fuentes de la Lengua P'urhepecha", "Impacto Social de la Tecnología en las Comunidades Indígenas" y "Experiencias Generales y Específicas del Centro de Investigación y Estudio de la Cultura P'urhepecha", a los que hay que añadir su co-autoría en el libro "Introducción al Idioma P'urhepecha" y su participación en la recopilación y traducción del folleto "Cuentos P'urhepecha". También fue co-autor del cuaderno de investigación "Pirekuecha", que editó la Universidad Michoacana en 1987 y de las traducciones al español de los poemas purépechas que conforman la edición de "La Troje Encantada".
Entre muchas actividades vinculadas a la burocracia, la docencia y la divulgación, en marzo de 1993 se integró como miembro del consejo asesor del Programa de Lenguas y Literatura Indígenas, de Conaculta. Desde 1996 fue presidente del Seminario de Análisis de Experiencias Indígenas, A.C. y apenas en junio de 2012 había tomado protesta como titular de la rectoría de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM).
Una de sus últimas actividades significativas tuvo que ver, hace unos meses, con la puesta en marcha del Centro Juvenil para el Desarrollo de Ecotecnias (CEJUDE).
Una de sus últimas actividades significativas tuvo que ver, hace unos meses, con la puesta en marcha del Centro Juvenil para el Desarrollo de Ecotecnias (CEJUDE).