Difusión a los premios Eréndira
Roberto Briceño y
la Mirada de Babel
Dialécticamente tríadicos, tres personajes aparecen en escena durante la pieza en un acto Mirada (Roberto Briceño, 2005), aunque más que personajes son más bien entidades: presencias que alzan su voz para cuestionar la validez de conceptos como la veracidad de nuestras percepciones, la eficacia de la palabra como medio de comunicación y la pertinencia del mundo de la vida como un mundo cultural, es decir, como universo de significación para los individuos, quienes debemos interpretarlo para orientarnos y conducirnos en él.
Estos y otros temas caros para las reflexiones filosóficas en torno a la comunicación y a la percepción de la realidad dan sentido a este trabajo que le mereció a su autor y director, Roberto Briceño Figueras, el premio de la Muestra Estatal de Teatro 2010.
La obra, repuesta en formato de lectura en atril, fue llevada a escena el domingo 15 de diciembre en el Centro Cultural Clavijero, como parte de las actividades de homenaje y difusión al quehacer de los ganadores del Premio de las Artes Eréndira, ya que Briceño Figueras fue recipendario del galardón en su edición 2011.
La lectura dramatizada contó con la participación de los actores Yesenia Barajas, Juan Velázquez y Justo Rodriguez, los dos primeros ocupando los papeles que en la puesta en escena original recaían en Sheyla Rodríguez y Sergio González Pérez.
La presentación del trabajo en formato de lectura ha tenido su valor, ante todo porque hace recaer todo el peso en la palabra, en la oralidad, prescindiendo del espacio escénico en sí e incluso, hasta cierto punto, de la presencia del cuerpo. Este acento a la palabra, que es a la vez la gran protagonista y el atributo más cuestionado por el discurso de la obra, ha sido un acierto que en cualquier otro caso habría lucido menos.
Vale recordar, sin embargo, que la puesta original acentuaba un espacio geométrico y cerrado definido por un cuadrilátero de luz (es decir, a la vez concreto pero etéreo, insustancial) y despojado de cualquier otro elemento escenográfico. Esta poética del vacío instalaba a los personajes-voz, no en un espacio físico, sino en un espacio mental, ya que el espacio que los espectadores teníamos ante nosotros era el de nuestra propia mirada.
A propósito de esto, en el video que abre esta entrega he hecho una breve edición a partir de un video que registra aspectos de la puesta en escena original, perteneciente a la Asociación Teatral Contrapeso, de la que es director Roberto Briceño.
Concluye el video con una breve entrevista al realizador que es, sin duda, uno de los referentes del teatro michoacano de los últimos treinta años.