Inauguración en Morelia

Los rostros de la Divinidad



La exposición de máscaras funerarias mayas Rostros de la divinidad, los mosaicos mayas de piedra verde, que en estos momentos estaría alojada en la Pinacoteca de París, de no ser por la escaramuza diplomática entre México y la nación gala por el caso de Florence Cassez, el pasado mes de febrero, fue inaugurada este jueves en Morelia, donde ocupa varias salas de la planta baja del Centro Cultural Clavijero.
La curadora de la exposición, Sofía Martínez del Campo Lanz, ofreció un recorrido por la muestra, que de Morelia probablemente itinerará a Puebla como parte de un circuito que la llevará a varias ciudades del país.
En el video adjunto a este post figuran las palabras que el secretario de Cultura de Michoacán, Jaime Hernández Díaz, dedicó a esta muestra de arte funerario e incluye un lapsus del secretario (“… de esta gran cultura del periodo mesoamericano…”, obvio: el mesoamericano no es un periodo sino el adjetivo de una región, la “América Media”; los periodos se tipifican como Preclásico, Clásico, Postclásico…).
Por lo demás, la muestra presenta por primera vez los ajuares funerarios completos con que fueron enterrados seis dignatarios mayas hace más de mil años. Está integrada por 147 piezas, entre las que destacan 13 máscaras funerarias de piedra verde y un pectoral zoomorfo de concha, en forma de una cabeza de tortuga, recuperadas en templos prehispánicos de las ciudades de Palenque, Calakmul, Dzibanché y Oxkintok.
La muestra es organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y entre sus elementos de interés figuran las recreaciones de los sepulcros de soberanos mayas que fueron descubiertos entre las décadas de 1980 y 1990. También figuran collares, anillos, brazaletes, petos, pectorales y figurillas ceremoniales, tal y como los mayas las colocaban para acompañar a sus gobernantes al enterrarlos.
En la exposición sobresale la recreación de la tumba de K'inich Janaab’ Pakal, quien dirigió la ciudad de Palenque, en Chiapas, entre 615 y 683 d. C., acompañado de todo su ajuar funerario. Lo que ya no llegó a Morelia fue la reproducción digital de su lápida, que en el DF, donde esta exposición se mostró al público el año pasado, se podían apreciar a detalle las imágenes iconográficas grabadas en la piedra y su significado.
De las máscaras en exhibición, ocho corresponden a los rostros de dignatarios del período Clásico (200-900 d. C.) que contribuyeron al apogeo de las dinastías mayas, y fueron dispuestas en las ofrendas como pectorales o cinturones ceremoniales.
Del resto de las máscaras, tres corresponden a dos gobernantes de Dzibanché, y una más al de La Rovirosa, ambos sitios ubicados en Quintana Roo; otras dos pertenecen al de Calakmul, en Campeche; y otra al soberano de Oxkintok, en Yucatán, lugar en el cual se halló también el pectoral zoomorfo de concha.

Pectoral zoomorfo en forma de cabeza de tortuga perteneciente a una de las ofrendas funerarias en Oxkintok.

La curadora explicó que a partir de que las tumbas fueron exploradas, las ofrendas se disociaron entre sí y los objetos se exhibieron en diversos museos, pero siempre por separado, sin integrarlos en el discurso de su disposición original, de tal manera que nunca se habían presentado en su conjunto de la forma en que fueron encontradas originalmente, por lo que no había sido posible hacer una lectura completa para comprender su significado preciso.
“Las máscaras funerarias revelan el rostro de los gobernantes, tenían una asociación con lo divino, los materiales de las teselas o mosaicos de jade, caracol, concha, obsidiana y ematita especular, estaban reservados para representar lo sagrado”, detalló la restauradora.
Una de las piezas que podemos extrañar en Morelia es una alfombra funeraria creada con cerca de ocho mil caracoles y semillas, que hace mil 600 años formó parte del ajuar de un personaje de alto rango de la antigua ciudad maya de Calakmul, y que tampoco está presente en Clavijero.
La curadora indicó asimismo que esta exposición ha sido posible gracias al préstamo de piezas por parte de los museos Nacional de Antropología; Regional de Yucatán “Palacio Cantón”; los museos de sitio de Palenque y Toniná, en Chiapas, y de Pomoná, en Tabasco, así como de los fuertes de La Soledad y de San Miguel, en Campeche. También figuran como aportadores de piezas los museos Amparo, en Puebla, y los Centros INAH de Campeche, Quintana Roo y Chiapas.

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