En la imagen, dos de los personajes de La Bruja Rosega Ramarri, puesta que representa a Italia.
El teatro de títeres proporciona mensajes llenos de valores positivos para el público de niños y no tan niños, aseguraron titiriteros que participan en el IX Festival Internacional de Títeres de Morelia, Michoacán.
“(A los niños) hay que hablarles de los nuevos valores humanos, principalmente, que exige nuestra sociedad, hay que hablarles de las injusticias, de los problemas que estamos viviendo, de la ecología, del respeto al otro ser humano, de todos esos valores que nos hacen mejores seres humanos”, aseguró Fernando Mejía, coordinador de Artes Escénicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El teatro de títeres tiene contacto directo con los que serán futuros ciudadanos: “El público se da cuenta de que el teatro de títeres es un espectáculo muy sano, es un espectáculo para toda la familia que puede tratar temas diversos y de mucho interés para la sociedad, pero sobre todo va dirigido a los niños”.
El mensaje de los títeres va dirigido a los niños pero permite que los adultos regresen al menos por un momento a la niñez.
“Detrás del pretexto de que es una cosa infantil, entre comillas, o para niños, llegan al corazón del espectador, sea cuál sea la edad que tenga, no importa cuánto tiempo llevemos en esta vida, siempre vamos a poder recurrir al espíritu del niño que mira las cosas con estos ojitos más puros”, explicó Sergio Guevara, director del Teatro Artimañas de Tepoztlán, Morelos.
El teatro de títeres ofrece esta posibilidad de volver a sentirnos niños, de tener esta licencia de permitirnos la libertad de ver con estos ojitos las cosas y reenfocar otra vez la vida, hacia dónde vamos”, explicó en entrevista.
Esta manera de hacer teatro no comercial exige mucho cuidado y respeto por el espectador, así como cuidar el mensaje que se transmite, aseguró el titiritero Sergio Guevara.
“El mensaje siempre es positivo porque lo peor que puede hacer la gente, el ser humano y el arte en sí mismo es no decir nada y lamentablemente el cotidiano de nuestra vida nos tiene rodeados de comunicaciones que no dicen nada y lo poco que dicen va en contra de la naturaleza humana”, señaló.
Con historias publicadas en libros, de reciente invención o resultado de la tradición oral de diversas regiones del mundo, los titiriteros quieren concientizar con su mensaje en un mundo que está lleno de ambiciones, señaló Mohamed Fawzy, director, editor y coreógrafo del Cairo's Puppeter Theater, que participa en la muestra.
“En el mundo hay muchas ambiciones, buscamos tener más, más y más, y se trata de que cada persona actúe más con el corazón y no crea sólo lo que ve en los medios, uno lo que debe buscar es la paz y transpirar la paz a todo el mundo dejando de lado la ambición y ser más de acciones honestas”, dijo en entrevista.
“(A los niños) hay que hablarles de los nuevos valores humanos, principalmente, que exige nuestra sociedad, hay que hablarles de las injusticias, de los problemas que estamos viviendo, de la ecología, del respeto al otro ser humano, de todos esos valores que nos hacen mejores seres humanos”, aseguró Fernando Mejía, coordinador de Artes Escénicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El teatro de títeres tiene contacto directo con los que serán futuros ciudadanos: “El público se da cuenta de que el teatro de títeres es un espectáculo muy sano, es un espectáculo para toda la familia que puede tratar temas diversos y de mucho interés para la sociedad, pero sobre todo va dirigido a los niños”.
El mensaje de los títeres va dirigido a los niños pero permite que los adultos regresen al menos por un momento a la niñez.
“Detrás del pretexto de que es una cosa infantil, entre comillas, o para niños, llegan al corazón del espectador, sea cuál sea la edad que tenga, no importa cuánto tiempo llevemos en esta vida, siempre vamos a poder recurrir al espíritu del niño que mira las cosas con estos ojitos más puros”, explicó Sergio Guevara, director del Teatro Artimañas de Tepoztlán, Morelos.
El teatro de títeres ofrece esta posibilidad de volver a sentirnos niños, de tener esta licencia de permitirnos la libertad de ver con estos ojitos las cosas y reenfocar otra vez la vida, hacia dónde vamos”, explicó en entrevista.
Esta manera de hacer teatro no comercial exige mucho cuidado y respeto por el espectador, así como cuidar el mensaje que se transmite, aseguró el titiritero Sergio Guevara.
“El mensaje siempre es positivo porque lo peor que puede hacer la gente, el ser humano y el arte en sí mismo es no decir nada y lamentablemente el cotidiano de nuestra vida nos tiene rodeados de comunicaciones que no dicen nada y lo poco que dicen va en contra de la naturaleza humana”, señaló.
Con historias publicadas en libros, de reciente invención o resultado de la tradición oral de diversas regiones del mundo, los titiriteros quieren concientizar con su mensaje en un mundo que está lleno de ambiciones, señaló Mohamed Fawzy, director, editor y coreógrafo del Cairo's Puppeter Theater, que participa en la muestra.
“En el mundo hay muchas ambiciones, buscamos tener más, más y más, y se trata de que cada persona actúe más con el corazón y no crea sólo lo que ve en los medios, uno lo que debe buscar es la paz y transpirar la paz a todo el mundo dejando de lado la ambición y ser más de acciones honestas”, dijo en entrevista.
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