Condecoración Melchor Ocampo 2010


A favor del humanismo


Recibe hoy el Colegio de Michoacán el máximo reconocimiento que otorga cada año el Congreso del Estado; la institución fue elegida por unanimidad de votos y se impuso a las candidaturas de el Buki y del astronauta José Hernández



Con 29 votos a favor (lo cual constituyó una decisión unánime) el pleno del Congreso del Estado reunido en la primera sesión del año aprobó anoche que se entregue la condecoración Melchor Ocampo 2010 al Colegio de Michoacán (Colmich). La ceremonia oficial, presidida por el gobernador del Estado, se realizará durante una sesión de gala hoy, 6 de enero, al mediodía, en la sede del poder legislativo.
La sesión nocturna de ayer, prevista para comenzar a las 18:00 horas, inició hasta poco después de las 19:00, pero los tres puntos de la agenda se desahogaron con presteza. El de la elección del nominado para la presea 2010 fue el segundo punto de la agenda y se desahogó en escasos 20 minutos.
La condecoración Melchor Ocampo es un reconocimiento que el Congreso del Estado de Michoacán entrega cada año, desde 1999, a alguna institución o a algún michoacano sobresaliente.


Aspecto general de la mesa durante la plenaria de anoche, en la que se designó al Colmich como recipendario de la presea.

Proyectos en competencia
Por lo menos cinco visiones distintas han competido este año para la nominación de candidato a la condecoración Melchor Ocampo, el reconocimiento que cada año entrega el Congreso del Estado de Michoacán el 6 de enero, cuando se conmemora el nacimiento del jurista y estadista michoacano. Tras unos días de incertidumbre (pues la decisión iba a ser anunciada originalmente el 30 de diciembre pasado) el galardón fue votado y anunciado oficialmente ayer: el Colegio de Michoacán (Colmich) es la institución recipiendaria del reconocimiento en su edición 2010.
La elección del Colmich (institución de investigaciones históricas, sociales y culturales fundada en Zamora en 1979) se ha dado en medio de un conjunto de nominaciones que resultaron de interés por los proyectos e ideologías que representaban y que eran, a fin de cuentas, los que realmente estaban compitiendo por el favor de la balanza.
En total, entre los postulados para este año, aparte del Colmich, figuraron el astronauta estadunidense José Hernández Moreno (French Camp, California, 1962) y el cantautor michoacano Marco Antonio Solís el Buki (Ario de Rosales, 1959)
Adicionalmente, en el tintero se quedaron otros nombres que oscilaron entre el futbolista michoacano Rafael Márquez (Zamora, 1979), y el poeta michoacano Homero Aridjis (Contepec, 1940).
Sujetándonos solamente a las tres nominaciones oficiales (el Buki por parte del Partido Verde Ecologista, el astronauta José Hernández por la bancada del PAN y el Colmich por el PRD y el PRI), hay que celebrar que el buen juicio se haya impuesto en esta ocasión al designar al Colegio de Michoacán, cuya actividad es la que mejor responde al sentido y al perfil de la condecoración. No se olvide que durante al menos quince días se hizo bastante ruido a favor de la nominación del astronauta José Hernández, cuyos padres son oriundos de La piedad, Michoacán.

Entre el glamour y el humanismo
Algo debemos valorar de la selección 2010 para el reconocimiento legislativo: el triunfo de una visión social, académica y humanista, que se ha levantado por encima de la tentación de ceder al glamour mediático.
En efecto, aunque el “astronauta michoacano”, como se le conoce popularmente, es una figura carismática, y que además responde bien a ese pensamiento de “superación personal” que tanto le gusta a cierto sector de la clase empresarial mexicana y de las clases medias del país, lo cierto es que su postulación hablaba simplemente de un voto a favor del pensamiento más “trasnacional” de nuestros días.
En efecto, José Hernández ha sido manejado (tanto “desde allá” donde vive como “desde acá” donde se le reclama como paisano) como un perfecto producto de mercado. El juego de las querencias y los arraigos ha hecho de él “el astronauta michoacano”, por más que su acta de nacimiento diga que él es un ciudadano estadunidense y por más que la propia Constitución del país vecino sea muy estricta al señalar que ciertos puestos estratégicos de la política, la economía y la ciencia de aquella nación sólo pueden ser ocupados por norteamericanos (el de astronauta entre ellos).
No se trata aquí, desde luego, de defenestrar a José Hernández por el sólo hecho de que, oficialmente, ante el mundo, él sea un ciudadano norteamericano, que a pesar de los arraigos con la tierra de sus padres, se formó enteramente en la cultura sajona, sino simplemente de poner en perspectiva un juego en el que todos han hecho trampa con su persona, aprovechando ese sentimentalismo nacionalista al que los mexicanos somos tan afectos para hacer del astronauta un símbolo de superación personal, de triunfo ante la adversidad, una especie de héroe (ahora que tanto necesitamos a los héroes de a deveras, que son los de “todos los días”) para promover un simplista (y riesgoso en ese sentido) “michoacano, tú puedes”.
Por lo que atañe al Buki, curiosamente su postulación me parecía mucho más meritoria que la del astronauta. Una cosa es indiscutible: el cantautor oriundo de Ario le ha dado más felicidad a mucha más gente a través de sus composiciones musicales que cualquier otro de los nominados.
Pero, de todos modos, su postulación también buscaba un gancho mediático y, sobre todo, trivializaba el profundo sentido social y humanístico de la condecoración.
Sin duda, por lo menos desde mi punto de vista, la designación del Colmich era la única posible, si la condecoración iba a conservar la dignidad propia de su perfil.

Las condecoraciones
Diez condecoraciones Melchor Ocampo han sido entregadas hasta hoy por el Congreso de Michoacán desde que se instituyó este reconocimiento, en 1999. Desde entonces, como se puede ver en la siguiente lista, ha habido “de dulce, de chile y de manteca”, pero la designación de este año se erige con una altísima dignidad.

2010 Colegio de Michoacán (Colmich), con sede en Zamora
2009 Taekwondoín Guillermo Pérez Sandoval (Taretan), campeón olímpico (medalla de oro) en los juegos de Beijing.
2008 Ingeniero agrónomo y Doctor en Ciencias Abel Muñoz Orozco (Charo), sobresaliente investigador en biogenética del maíz, por la contribución de sus trabajos en temas relativos al origen del maíz, sus variantes a través del tiempo y su resistencia a la sequía.
2007 Economista y estadista Carlos Torres Manzo (Morelia), gobernador de Michoacán por el PRI en el periodo 1974-1980.
2006 Instituto Tecnológico "José María Morelos y Pavón" (Morelia), por sus 40 años de existencia, en los que han egresado 30 mil profesionistas.
2005 Poeta, escritor y cronista Francisco Elizalde García (Zamora). Autor del Poema del rebozo (1950) y Ángeles de la muerte (1953) entre lo más significativo de una amplia obra.
2004 Desierto
2003 Médico cirujano grastroenterólogo Héctor Orozco Zepeda (Sahuayo) e historiador Luis González y González (Jiquilpan) por sus contribuciones en los respectivos campos en que se han desenvuelto.
2002 Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal), con sede en Pátzcuaro por su trayectoria en la formación de nuevos cuadros docentes.
2001 Club de futbol Monarcas Morelia (Morelia)
2000 Alfredo Zalce (Pátzcuaro), artista visual integrante de la Escuela Mexicana de Pintura, por sus aportaciones al arte moderno mexicano desde los ámbitos del muralismo, la pintura, la gráfica, la escultura y la estampa.
1999 El Ejército Mexicano y el Primitivo y Nacional Colegio de San Nicolás de Hidalgo, con sede en Morelia.


EN VIDEO

Momento en que, tras la votación, se anuncia oficialmente que el Colegio de Michoacán recibe la condecoración Melchor Ocampo este 6 de enero por parte del Congreso del Estado de Michoacán