Aspecto parcial de la recepción de talleristas, el viernes 13 de agosto por la noche en la comunidad de Tarerio, durante la puesta en marcha del workshop Cine Qua Non Lab 2010.


“Hace cinco años –añade– se intentó una experiencia parecida en Francia, pero no prosperó”.


Tranquilidad e interacción
En esencia, el Cine Qua Non Lab es una residencia de diez días dedicada exclusivamente a guionistas de cine, en la que los escritores encuentran las condiciones ideales de tranquilidad y estímulo para concluir sus proyectos.
Una enorme casona en la orilla noroeste del lago sirve de residencia a los cineastas, quienes tienen la oportunidad de desentenderse de cualquier apremio cotidiano para entregarse completamente a sus trabajos, intercalando sesiones de labor grupal con sus demás compañeros y sesiones privadas de asesoría con la tutora del seminario-taller.
Por lo que atañe al nombre del workshop, es un juego de palabras que toma como punto de partida una conocida locución latina: Condicio Sine Qua Non (Condición sin la cual no…) que se emplea sobre todo en Derecho y que se refiere a un factor clave, sin el cual es imposible que una determinada situación o hecho se cumpla.

Christina Lazaridi… en breve
La responsable del Cine Qua Non Lab 2010 nació en Tesalónica, Grecia, en 1970, donde tuvo tempranas experiencias y contactos con la literatura y el teatro. Sus habilidades le permitieron remontar fronteras y llegar a Estados Unidos, donde estudió literatura en la universidad de Princeton y guionismo en la Universidad de Columbia, en ambos casos con muy altos promedios.

Christina Lazaridi en el coctel de bienvenida, el viernes 13.

Entre los filmes que ha escrito figuran títulos como el documental Assignment rescue (1997) y la película Searching for Myriam (1998), pero probablemente el trabajo que mayor prestigio le ha dado es su libreto para One day crossing (Joan Stein, 1999), que fue candidato al Oscar del año siguiente en la categoría de cortometraje (amplia información, aquí), aunque perdió ante el filme Quiero ser, de la guionista y directora alemana Florian Gallenberger.

Un still del cortometraje One day crossing (1999), uno de los trabajos más celebrados de Christina Lazaridi

Ambientado en la Budapest de 1944, One day crossing se ocupa de Teresa, una joven madre judía que se hace pasar por cristiana para proteger a su hijo de los fascistas húngaros del Arrow Cross (simpatizantes de Hitler). El corto fue filmado en blanco y negro en 16 mm, con una extensión de 25 minutos de pietaje. Su tema es la lucha para mantener la identidad.
Actualmente Christina Lazaridi enseña guionismo en la División de postgrado de Cine, en la Universidad de Columbia. También trabaja como guionista y consultora de guiones de los dos lados del océano Atlántico. Mientras, uno de los talleres que imparte para la universidad de Princenton, Estructurando tu libreto atesora a grandes rasgos buena parte de lo que es el workshop en Tarerio.
En palabras de Lazaridi: “Este taller busca desmitificar el proceso de estructura del guión. Lo importante es que los talleristas obtengan un sentido renovado de cómo acercarse a la estructura. Mi propuesta busca captar el matiz de la estructura de una escena para aclarar, a partir de ahí, las alternativas orgánicas para cada storyline”.
“Esto –añade– permite emprender una metodología para despejar elementos de historia, personajes, argumentos, diálogos y temas. Se aporta asimismo una lista de soluciones para cuando las cosas no funcionan y todo esto brinda la oportunidad de trabajar mucho la apertura de una historia, de pulirla y estructurar sólidamente el primer acto, a partir de lo cual el resto fluye por sus propias líneas”.
Lo anterior, claro, a grandes rasgos. Pero si la facilitadora posee un perfil alto, los talleristas no se quedan atrás. A continuación, los perfiles y breves entrevistas con los participantes del Cine Qua Non Lab 2010.



Diego Quemada-Diez y Gibrán Portela, del proyecto La jaula de oro.

La Jaula de oro o la road
movie
entre dos fronteras

El hispano-mexicano Diego Quemada-Diez y el mexicano Gibrán Portela, ambos radicados en el DF, forman la mancuerna que trabaja en el proyecto La jaula de oro.
Y, como buena mancuerna, son un abanico de contrastes que se complementan: uno es extrovertido y el otro es más mundoadentro. Uno tiene seis años documentando testimonios reales a partir de los cuales este largometraje será posible y el otro tiene seis meses lidiando para afinar la estructura dramática de algo que puede serlo todo, menos un documental. Uno se permite la soltura del cabello revuelto y una barba incipiente, casual, mientras que el otro es la viva imagen de la pulcritud: bien afeitado y con un austero corte de cabello.
Los dos coinciden, sin embargo, en el entusiasmo, en su frescura, en las miradas agudas y en una trayectoria nada desdeñable. Uno ya ha captado la atención cinéfila internacional con una obra breve y contundente: el corto Quiero ser piloto (2006), acerca de los sueños de Omandi, un niño huérfano a causa de la pobreza y el Sida en un gueto africano; el otro también ha hecho ruido, pero en el ámbito de la dramaturgia y del teatro (Alaska, obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo, en 2008 y actualmente con por lo menos un texto en escena: Satélite 2012).
Desde esas cercanas distancias, Portela y Quemada-Diez se explayan acerca de La jaula de oro. Rechazan que se trate de un melodrama mexicano de los años cuarenta, aunque aceptan que puede sonar a eso, pero que tampoco tiene la menor importancia. Luego describen:
La jaula de oro narra la odisea de dos adolescentes que quieren llegar a la frontera con Estados Unidos, en pos de un sueño que, al final, descubrirán que no era lo que esperaban. Uno de ellos sale de Guatemala y otro del estado Chiapas y los dos se conocen en los trenes de carga, donde viajan como polizones”.
Lo importante de todo esto, explican, es que el personaje mexicano es un joven perteneciente a la etnia tzetzal que no habla español, de modo que a través de él se ve el trato que se les dedica en el país a esos mexicanos que son extraños en su propia tierra porque no comparten idioma, ni tienen papeles y su cultura es distinta a la de los mestizos.
“El tema –agregan– es el de las fronteras, pero desde la perspectiva de lo arbitrario de las convenciones y de cómo se criminaliza y reprime al migrante”.
Citan, asimismo, una realidad que ha sido muy poco explorada en el cine mexicano: “Nos la pasamos demandando al gobierno de Estados Unidos que le de a nuestros paisanos un trato humanitario en la frontera norte; pero el gobierno mexicano se desentiende por completo del asunto cuando se trata de pensar en nuestra frontera sur, la que nos colinda con Centroamérica. Allí, en Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo, tenemos una frontera que las organizaciones internacionales de Derechos Humanos afirman que es la peor del mundo”.
El filme recibirá el tratamiento de una road movie.

Mauricio Leiva-Cock: Espíritu Perdomo o las luces del Más Allá y las miserias del Más Acá.

Colombia: Mauricio Leiva-Cock y
Aquí vivió y murió Espíritu Perdomo

A diferencia de Elise DuRant, cuyo Edén está prácticamente en pre–producción, el proyecto del colombiano Mauricio Leyva-Cock es apenas un borrador. “Este es mi primer draft” –confiesa el autor que ha debutado este mismo año en el cortometraje con Clankety, Clank, un filme de iniciaciones de infancia– “y, siendo realista, no espero verlo convertido en película sino hasta 2012 ó 2013”.
Aún así, como mero potencial, el guión de Aquí vivió y murió Espíritu Perdomo es uno de los proyectos más llamativos del Cine Qua Non Lab 2010.
Espíritu Perdomo es un nombre fuerte, sugerente, muy atractivo. Eso, ya de entrada, habla bien de tu proyecto –le comento al guionista–. ¿Quién es Espíritu Perdomo?
“Es un sepulturero –responde–. Lo interesante es que un día decide irse a vivir a una cripta del cementerio donde ha trabajado. Naturalmente, es un personaje muy solitario, pero no por eso deja de ser un ser humano. Y como las personas siempre necesitamos dirigir nuestros afectos en alguna dirección, hacia algo o alguien que esté fuera de nosotros mismos, Espíritu Perdomo se empieza a relacionar con los muertos que lo rodean. Todo comienza de manera muy inocente: se pone a orarle a algunas de las lápidas que, por uno u otro motivo, le llaman la atención; pero ese primer contacto se va desarrollando y paulatinamente Espíritu Perdomo crea toda una sociedad de muertos en el cementerio”.
“Mi tema tiene que ver con la violencia en Colombia –dice más adelante–, porque es de esa violencia de la que dan testimonio muchos de los muertos que rodean a Espíritu. Por otro lado, también están los temas de la soledad y de la miseria, es decir, de las grandes carencias materiales que sufren los vivos, porque finalmente Espíritu Perdomo es un desposeído; por eso decide un día hacer de una cripta la casa que no tiene y también por eso comienza a pensar que los muertos son la familia que nunca ha tenido”.
Mauricio Leiva-Cock está emprendiendo este proyecto como la consecuencia natural de un trabajo previo que se ocupaba de un personaje real. “Pero ese material acabé de escribirlo hace un año. En cuanto a Aquí vivió y murió Espíritu Perdomo, es un proyecto que voy a empezar a terminar aquí”.
Estudiante de cine en la Universidad de Columbia, Mauricio Leiva-Cock se inscribió a la convocatoria 2010 del Cine Qua Non Lab y aprobó el perfil.

La realizadora Maryam Keshavarz.

Entre luciérnagas y malabares
para un discurso de lo amoroso

Maryam Keshavarz, de sangre iraní, nació y creció en Nueva York, aunque también cultivó experiencias en Therán, a donde ha viajado repetidas veces para emprender estudios en la Universidad de Shiraz (donde se especializó en Literatura Persa). Argentina es otro país muy frecuentado por Keshavarz.
Sus cartas de presentación como realizadora son el cortometraje de 11 minutos El día que morí (Argentina-EU, 2005) y el documental El color del amor (Irán, EU, 2004), entre otros trabajos como Circunstance y Santuario. El día que morí es un filme de ficción en el que una niña, su hermano y su mejor amigo configuran un insólito triángulo amoroso durante un largo y caluroso día de verano en Chascomús, Argentina. El color del amor, en cambio, es una exploración de carácter documental acerca de cómo las generaciones de jóvenes en Irán encuentran canales propios para manifestarse en el amor y el sexo, enfrentados contra las tradiciones milenarias de su país. Este último filme fue realizado por Keshavarz, precisamente, durante una de sus estadías académicas en la universidad de Shiraz.
Ahora, para el proyecto que ha venido a pulir en Tarerio, Maryam se muestra cauta. “Todavía no tiene nombre –dice–, es una idea. El tema es una relación amorosa narrada en reversa. Empieza al final y termina al comienzo. A través de ese recurso quiero explorar temas como el de la soledad, el de estar unidos…”
– Eso me suena como a 5X2, de Ozon –aventuro. Ella asiente, dice:
“Sí, es una idea como 5X2. Lo que pasa es que hasta ahora yo he trabajado con guiones muy complicados en sus contenidos políticos e históricos, pero ahora quiero hacer algo más íntimo. Quiero trabajar más con los actores y hacerlo de un modo que no he experimentado antes”.
Al lado de Maryam Keshavarz se encuentra el tapatío José Luis Briones y hay buena empatía entre ambos. Procedente de Jalisco, Briones trabaja en el proyecto El encuentro de las luciérnagas (un título muy bello, si me lo preguntan). El autor lo describe sucintamente: “Se trata de un fotógrafo que se obsesiona con un grafitero al que conoce una noche y desaparece. El fotógrafo lo busca por toda la ciudad, siguiendo sus grafittis. El tema del proyecto son las ilusiones y hasta qué punto podemos seguir una de ellas, a ver qué tan real o sólida puede ser”.
Con dos años invertidos en El encuentro de las luciérnagas, José Luis Briones está en Tarerio para escuchar opiniones sobre el texto y “si se me ocurre algo, escribirlo para ajustar”.

La guionista Pubali Chaudhuri, de la India, durante la entrevista.

Tank man y Pubali Chaudhuri:
ir del documento a la ficción

Guionista del documental Rock On (Abhishek Kapoor. India, 2008), que sigue las peripecias de cuatro amigos en sus esfuerzos por crear una banda de música, Pubali Chaudhuri está en Tzintzuntzan para resolver el tratamiento del que será su primer guión de largometraje: Tank man.
Compacta y muy vivaz (¿qué tienen las culturas orientales que nos falta a nosotros, en Occidente? ella y Maryam tienen el aura más vivaracha de entre todos los talleristas congregados en el lago), Pubali detalla:
“Hay una foto muy famosa, tomada en 1989, en la que aparece un joven delante de un tanque…”
– ¿Tiananmen?
“Exactamente; la plaza Tiananmen. Mi historia ficciona acerca de ese personaje real. Es decir, Tank man es mi historia personal, la que yo he tejido para mí, acerca de un ciudadano del que no sabemos ni quién era ni a qué se dedicaba, pero que alguna vez estuvo allí y con su sola presencia detuvo el avance de toda una columna de tanques que se dirigían a la plaza Tiananmen en los momentos en que el gobierno de la República Popular China acudía a la violencia para sofocar manifestaciones de inconformidad política”.

El hombre del tanque en la foto de Jeff Widener para AP

Originaria de Kolkata, India, Pubali se graduó en Literatura Comparada en la Universidad Jadavpur, donde también obtuvo un diploma de postgrado en Comunicación de masas. Su filme Tank man va a tener una duración de 90 minutos y su estancia en Tarerio se dio a través de un enlace desde Nueva York, que la puso al tanto del workshop que se emprendería en Michoacán. “Yo estaba buscando una residencia de estas características, así que me puse en contacto con los organizadores, cubrí mis requisitos y califiqué para participar”.
En cuanto a El hombre del tanque (Tank man), también conocido como el Rebelde desconocido (the unknown rebel), acudo a doña Viki(pedia), quien redondea y detalla lo que conozco y dice que “La imagen fue captada el 5 de junio de 1989 por al menos tres fotógrafos desde los balcones del Hotel Beijing, junto a la plaza de Tiananmen: los estadounidenses Jeff Widener, para la agencia Associated Press (AP), Charlie Cole, para la revista Newsweek, y el británico Stuart Franklin, de Magnum, para la revista Time. La fotografía de Widener (que es la que reproduzco aquí en el blog) es una de las más reconocidas, y fue tomada con una Nikon y una lente de 300 milímetros desde un balcón a unos 200 metros de la escena”.


Five nights in Maine


Juan Carlos Oñate al hablar de su proyecto La noche y el lago.

Juan Carlos Oñate: hacia el
proyecto La noche y el lago
Con cinco cortometrajes en su haber, experiencias en el periodismo e incursiones en la animación, el guionista y director Juan Carlos Oñate Chirot (DF, 1983) es uno de los tres michoacanos que participan este año en el workshop de Tarerio, dentro de la iniciativa Cineastas emergentes de Michoacán.
Tablas, no le faltan. A lo largo de más de un lustro en la academia Solaris cursó un diplomado en producción y dirección cinematográfica, un taller de fotografía cinematográfica, así como las dos ediciones (M1 y M2) del Taller de realización de cortometraje.
Ha sido, hasta hoy, codirector (en un “a ocho manos” con Luciana Solórzano, Juan Paulín y Jesús Pimentel) de Lo que la polla da (2002); ha realizado No hay intrusos en mi allegro (2003), Teme, Nina (2003); Escorpión del Viernes (2005) y, en colaboración con Laura Cedillo, El camino del Caracol (2009), a lo que habría que añadir sus colaboraciones en varios proyectos más, pero en los que ya no le ha tocado escribir ni dirigir.
En 2003 participó en el I Festival Internacional de Cine de Morelia con dos cortometrajes (Lo que la polla da y Teme, Nina).
Ahora, dice:
“Vengo como oyente. Traigo un proyecto, pero no lo voy a tallerear; solamente voy a escuchar y a tomar nota de las sesiones públicas entre los once guionistas del workshop. Me invitó Jesús Pimentel. Hemos trabajado juntos desde los tiempos de Lo que la polla da y de eso ya hace ocho años; nos conocimos hace nueve, en Solaris. Desde entonces, Jesús me invita con regularidad a sus proyectos, a sus producciones. Me habló del workshop, me dijo ‘va a estar muy bien’ y sí; la verdad es que es cierto”.
Acerca del proyecto que se convertiría en su quinto cortometraje como guionista y director, Oñate Chirot señala: “Se llama, tentativamente, La noche y el lago. Es un corto de animación y su tema es la muerte. La anécdota consiste en que el mundo se va a acabar y el filme aborda esa situación desde la perspectiva de los habitantes de un pueblo lacustre michoacano: qué sienten, qué cosas les preocupan, cuál es su punto de vista ante el suceso”.

Stephany Manzon, quien busca realizar un largometraje de ficción que aborde el tema de la elaboración artesanal del mezcal michoacano.

Stephany Mazon: un proyecto
sobre mezcaleros michoacanos
“Soy una nómada”, se define a sí misma Stephany Mazón, quien actualmente está radicando en Morelia y acude como oyente a las sesiones de trabajo colectivo dentro del workshop de Tarerio.
Acerca de cómo llegó al seminario, detalla brevemente: “Tomaba un curso de los que imparte el Festival Internacional de Cine de Morelia, un profe mencionó la convocatoria, llené los requisitos, los envié y apliqué. Había que mandar proyecto de guión, currículum y trabajos previos; yo mandé la idea de un guión acerca del mezcal en Michoacán. Ese tema me interesó desde que acudí a una reunión con mezcaleros que están buscando la denominación de origen para el producto y que hablaban de su problema con los mezcaleros de Oaxaca; allí mostraron un clip acerca de cómo preparan el mezcal de manera artesanal y se me hizo tan hermoso que me dije ‘¿por qué no se lo muestran a la gente?’ Fue entonces cuando me puse a desarrollar una historia, a fin de que el tema le resultara más atractivo al público, pero en el fondo la película habla del mezcal en Michoacán”.
Científica de carrera, pero con el gusto por las artes, Mazón tomó un curso de producción de cine en Irlanda. Ante el paisaje frío y brumoso que envuelve al lago de Pátzcuaro, observo:
– No has de extrañar el clima de los Países Altos.
– Para nada –asiente–. De hecho, sin las montañas, no habría diferencia con el Mar del Norte.
Inscrita como oyente, en este taller se Stephany se dedica exclusivamente a observar y a participar en las pláticas de los guionistas. En función de eso va a alimentar su proyecto. “Quiero terminar el guión en este año; ya tengo contacto con productores de mezcal y ellos me brindan apoyo, les gusta la idea de promover su trabajo”.

En el orden habitual, Christina Lazaridi, facilitadora del workshop; Jesús Pimentel, anfitrión y fundador del Cine Qua Non Lab; Juan Carlos Oñate, Hypatia y Cocodrilo durante el coctel inaugural.

Presencia de la UMSNH
La inauguración oficial del taller de guión cinematográfico corrió a cargo de Napoleón Guzmán Ávila, coordinador de la Investigación Científica en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
“Agradezco públicamente la invitación de Jesús Pimentel, entrañable amigo de muchos años –dijo–, quien tuvo la amabilidad de invitarme a asistir a esta reunión. Es un privilegio estar con todos ustedes, escuchar de sus proyectos e inquietudes y disfrutar de este excelente lugar. Michoacán es un estado privilegiado, con una riqueza natural que está a la vista de todos y que ojalá disfruten”.
“Para nosotros, como miembros de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo –cioncluiría más adelante–, es un privilegio que nos acompañen en esta reunión y que puedan estimular una serie de proyectos que ha venido desarrollando Jesús Pimentel con entusiasmo y consistencia. Esta es una actividad histórica en Michoacán y alentará estas actividades en el Estado”.
En entrevista posterior Guzmán Ávila puntualizaría cómo se dio el enlace entre el taller y la Máxima Casa de Estudios de la entidad.
“La Universidad Michoacana siempre ha tenido un gran interés por todo lo que tiene que ver con la difusión cultural y la extensión universitaria. Conciente de ese interés, en la Coordinación de la Investigación Científica, que también estimula actividades culturales con la Secretaría de Difusión Cultural, nos pareció interesante la propuesta de Jesús Pimentel. Nosotros quisiéramos poder desarrollar mas adelante una serie de proyectos de corte científico que nos permitan difundir de mejor manera los proyectos de investigación y dar a conocer cual es el sentido de la investigación en nuestra universidad, así como concientizar a la sociedad sobre medidas urgentes para preservar el medio y otros temas”.

EN VIDEO

Fugaces apuntes a las entrevistas y a las palabras inaugurales.