PROTOCOLO Y APERTURA DEL IX FICM
De motivos para el canto, embajadores
y algunos adelantos al último Informe

La foto institucional. El gober inaugurando el IX Festival Internacional de Cine de Morelia. Esta es la última de cuatro ediciones del encuentro fílmico mundial que se celebra bajo su administración.

El gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, inauguró esta noche el IX Festival Internacional de Cine de Morelia en el teatro José María Morelos y durante su discurso calificó a organizadores y asistentes como “los mejores embajadores y voceros para nuestro estado”. El funcionario aprovechó la ocasión para ofrecer, con sabor a despedida, el equivalente a un adelanto del que será su último informe de gobierno, al describir algunas de las acciones que, desde su punto de vista, ha emprendido su administración para fortalecer el quehacer cultural de la entidad y de la capital michoacana, así como para abatir índices de pobreza y de inseguridad.
De entrada, el funcionario recordó que “nuestro estado estará siempre agradecido con la comunidad cinematográfica: fueron ustedes quienes después de los lamentables hechos terroristas del 2008 alzaron la mano para decir ‘vamos a Michoacán, vamos a Morelia, estamos con ustedes’, y con sus visitas han constatado que, si bien Michoacán, al igual que muchas partes del país, tiene problemas en algunos rubros, somos más las michoacanas y los michoacanos que con nuestro trabajo y esfuerzo diario buscamos un Michoacán mejor”.
Por lo que atañe a su informe por adelantado, el mandatario afirmó que el compromiso de su gobierno con la cultura ha sido una constante. “Fortalecimos –dijo– el programa de festivales: Jazztival, Música Contemporánea, Internacional de Guitarra, Danza Contemporánea, RockFest, Concurso Artístico de la Raza Purhépecha, extensiones del Festival Internacional Cervantino en Morelia y en el interior del Estado, así como el Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez, también con extensiones a diferentes municipios”.
Afirmó asimismo que “se dio estructura a la creación de Centros Culturales como el Antiguo Colegio Jesuita en Pátzcuaro, el Centro Dramático de Michoacán, el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras en Morelia, el Centro Cultural Clavijero también en Morelia, el Centro regional de las Artes en Zamora y la Casa de la Cultura de Morelia, que se destinó para la realización de actividades artístico-culturales”.
Citó del mismo modo el impulso al Sistema Estatal de Creadores, y afirmó que se amplió la cobertura de programas inscritos en el mismo, como el de Coinversiones a la Producción Artística, el Premio Estatal de las Artes Eréndira y Programa de Desarrollo Cultural Municipal, entre otros.
Concluyó recordando que para este año la Feria del Libro y la Lectura local “tiene el carácter de nacional”.

Por otro lado, abandonando el tema anterior (que en realidad tiene que ver con las estrategias destinadas al fortalecimiento turístico de la entidad, ya que los circuitos de festivales y la infraestructura cultural apuntan directamente a ese fin), Godoy Rangel sostuvo que, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (CONEVAL), “Michoacán fue uno de los cuatro estados que lograron disminuir la pobreza en el periodo 2008- 2010 y fue el segundo estado, sólo por detrás de Puebla, que logró disminuir la pobreza extrema en la entidad”.
Quién sabe, me digo yo. Habrá que preguntarle a los monederos de las amas de casa, a ver si las cifras “macro” realmente se reflejan en las realidades “micro” de todos los días. En fin.
Habló también de los resultados dados a conocer por el INEGI en su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2011 (ENVIPE), presentada el pasado septiembre, de acuerdo a la cual “Michoacán es el segundo estado con menos delitos del fuero común por cada 100 mil habitantes”.

Cuauhtémoc Cárdenas Batel
y una cita a Por qué cantamos

Por su parte, el vicepresidente del festival, arquitecto Cuauhtémoc Cárdenas Batel, tuvo una breve pero vivaz intervención, en la que consideró que “festivales como este son un canto en un país en donde, de norte a sur, el ruido de las balas quiere acallar al ciudadano común. Festivales como este son un canto esperanzador en medio del estruendo”.
“Hay temas ineludibles –comenzó– en este maravilloso México que algunos sinvergüenzas pretenden convertir nada más que en un obsceno baño de sangre”.
“Quisiera vivir en un país en donde no fuera necesario hablar de estas cosas, pero hoy nuestro deber ciudadano es alzar la voz contra la violencia, contra el tráfico de armas, de drogas, de personas. Contra la cotidianeidad de la muerte sin sentido, contra quienes no conocen ni reconocen otra autoridad que la del fusil. Contra la simulación y la falta de rumbo”.
“Quienes nos desarrollamos en el quehacer cultural no somos ajenos al dolor de nuestra patria ultrajada, pero sabemos que es la educación, la cultura, las oportunidades de trabajo, la solidaridad, y no la brutalidad, venga de donde venga, lo que nos llevará a detener la violencia”.
Sostuvo que “estamos hartos de ese futuro mejor que prometen los demagogos. Queremos y exigimos un México con presente digno y en paz. Solo entonces construiremos un mejor futuro”.
Fue al concluir su intervención cuando dijo que experiencias como el FICM “son como un canto” y remató: “Hay quienes piensan que rodeados de tanto dolor es mejor guardar silencio. Enmudecer con la mordaza del miedo, y hay quienes se preguntan por qué nos obstinamos en seguir cantando”.
Para responder a esa pregunta, cerró su intervención con el célebre poema de Mario Benedetti Por qué cantamos, que a la letra dice:

Por qué cantamos
Mario Benedetti

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos.

Si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos.

Si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por qué cantamos.

Cantamos porque el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino.

Cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos.

Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota.

Cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta.

Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.








































Ha sido así, entre la política y la poesía, como ha abierto oficialmente sus actividades el noveno Festival Internacional de Cine de Morelia.