Alumnos de la secundaria federal No. 12 reciben una visita guiada a los contenidos del Pabellón Bicentenario.

Con 2 mil 400 metros cuadrados que reúnen cuatro exposiciones de perfil didáctico, tres módulos multimedia con recursos interactivos, una sala de proyecciones de cine y video, un auditorio, una discreta librería, un stand de ventas y un área de talleres, el “Pabellón Bicentenario y Centenario 2010”, que ha sido emprendido por la Secretaría de Cultura de Michoacán, es uno de los espacios más vistosos y mejor organizados dentro de la expo feria Michoacán.
En este sentido, es una verdadera lástima que justo cuando se está emprendiendo un proyecto como este, la feria Michoacán 2010 tenga un porcentaje de visitas que la deja muy lejos de ser ese “escaparate comercial” que alguna vez fue.

Contraluz matutino. Una visita al Pabellón Bicentenario.

A pesar de todo, los contenidos y el concepto mismo del pabellón tienen un gran atractivo. De manera particular, el trabajo emprendido para articular las dos “Líneas de tiempo” que ilustran e interconectan hechos mundiales, nacionales y regionales asociados a los movimientos sociales de 1810 y 1910, ofrece un depurado ejercicio de síntesis. No le resta sabor a sus contenidos ni los trivializa; ha conservado de ellos lo esencial indispensable en un recorrido ameno y accesible.

Vocación didáctica

Pero la vocación didáctica define al pabellón en su conjunto. Por ejemplo: doce pantallas en el área interactiva le ofrecen a los visitantes la oportunidad de ver videos documentales sobre distintos hechos alusivos a nuestra historia, de responder cuestionarios que ponen a prueba conocimientos generales sobre las gestas de la Independencia y de la Revolución, e incluso de tomarse fotografías instantáneas vía cámara web. Cuatro atractivos personajes virtuales, diseñados ex profeso para el pabellón, acompañan a los usuarios e interactúan con ellos durante las sesiones ante la pantalla desde un concepto fresco y juguetón.

Los tres módulos del área interactiva (en total, pantallas para la atención simultánea de doce usuarios) reciben a los visitantes en el acceso principal del pabellón.

Por lo que toca a los talleres que se ofrecen, son conducidos por personal capacitado, entre el cual sobresalen, por sus largas tablas y su amplio “colmillo”, trabajadores adscritos al Museo del Estado, en Morelia. En estos talleres, a partir de la narración de historias, de breves dramatizaciones y de actividades de dibujo y pintura, los niños y jóvenes reafirman sus conocimientos históricos y sociales.
Mientras, tanto las líneas de tiempo dedicadas a la Independencia y la Revolución como la doble exposición “Hacia la Construcción de la Nación: Michoacán en la Independencia y la Revolución” están ilustradas con pinturas, murales, grabados y dibujos que dan amplio testimonio de la riqueza artística y patrimonial que existe en Michoacán. Aparecen en ellas imágenes procedentes de murales como los que se alojan en el Palacio de Gobierno en Morelia, pero también en distintos inmuebles de Jiquilpan, Apatzingán, Carácuaro, Nocupétaro, Janitzio (dentro del monumento a Morelos, en esa isla) y Nueva Italia, así como obras de caballete pertenecientes a acervos patrimoniales públicos y privados.

Un acrílico de Manuel Pérez Coronado (MAPECO), realizado en 1965 y actualmente en instalaciones del CECyTEM Carácuaro, ilustra algunas de las condiciones que predominaban en el México de finales del Siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.

El panorama que se brinda así, no solamente de episodios históricos, sino de sobresalientes ejemplos del quehacer de autores michoacanos, es sorprendentemente amplio y generoso.
La oferta se redondea con el programa de proyecciones de cine y video, que tiene funciones diarias, y con las actividades vespertinas en el auditorio, que amparan funciones de teatro y danza.

“Como una historieta”

En entrevista, las historiadoras Sofía Irene Velarde y Cinthya Vargas, dos de las responsables de la investigación histórica y del guión temático para las líneas de tiempo y para las exposiciones del pabellón, así como la maestra María Eugenia Fuentes Lanning, directora del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce y responsable del guión museográfico del pabellón, explican que el diseño del espacio se resolvió en dos intensos meses de trabajo, durante los cuales lo más interesante consistió en que ambos guiones (el temático y el museográfico) se desarrollaron de manera simultánea.

Los constituyentes (fragmento). Óleo sobre tela fechado en 1950 y atribuido a Roberto Cuevas del Río. La obra original se encuentra en el museo Casa de la Constitución, en Apatzingán, Michoacán.

Velarde y Vargas ponderan que la parte más difícil de su trabajo consistió en priorizar los hechos que se iban a difundir en las “Líneas de tiempo”, una vez concluida la investigación histórica.
“Tenía que ser un material ágil y conciso, muy accesible… pero también estaba presente el reto de no decir obviedades o de quitarle sustancia a dos periodos tan apasionantes de la historia nacional como los de la Independencia y la Revolución”.
A su vez, al hablar de los desafíos de la parte que le correspondió a ella y a su equipo, la maestra Fuentes Lanning señala: “Para el guión museográfico hemos tenido muy claro que nuestro público principal es de jóvenes y niños, de modo que desde el principio supimos que necesitábamos algo muy visual… que los visitantes pudieran acercarse a los contenidos como si se tratara de una historieta. La parte más fuerte en el trabajo de acopio de imágenes recayó en el fotógrafo Guillermo Wusterhaus, quien acudió a Janitzio, Apatzingán, Carácuaro… a la mayor parte de los lugares de los que exhibimos obra patrimonial. Pero también fue fundamental el apoyo de los diseñadores gráficos y de los arquitectos que se sumaron al proyecto y con quienes hubo una interacción muy eficaz. Conservo de esta experiencia el placer de haber trabajado con un equipo multidisciplinario de una forma muy profesional. Estoy muy satisfecha”.

La historiadora Sofía Irene Velarde, integrante de la coordinación de investigación histórica para el Pabellón Bicentenario.

Una feria sin buena salud

A pesar de sus aciertos, el “Pabellón Bicentenario y Centenario 2010”, que ha sido emprendido por la Secretaría de Cultura, también comparte el hado oscuro que envuelve a la expo feria Michoacán de este año.
Hay que decirlo. La feria no goza de buena salud. Síntomas y causas son evidentes.
Despojada de sus raíces originales en los terrenos de la antigua feria, desarraigada de su tradición por la ruptura que significó la experiencia del año pasado (la “feria itinerante” que anduvo dando tumbos a tontas y a locas por varios municipios), agresiva con el bolsillo popular a causa de la mayor parte de los precios que se deben pagar, ya dentro de sus instalaciones, por consumo o servicios, y amenazada por el espectro de la violencia, que durante su mismísima jornada inaugural casi le costó la vida a la titular de Seguridad Pública, Minerva Bautista, hace unos días, la expo Feria Michoacán 2010 ha perdido mucho del glamur y del atractivo propios de una feria.

El fusilamiento de Morelos. Fragmento del mural que se localiza dentro del Monumento a Morelos, en la isla de Janitzio. La obra fue realizada por Ramón Alva de la Canal.

Sobre todo, no se advierte en su actual edición la actividad comercial propia de ferias anteriores. Y la languidez de esta actividad comercial, que es el corazón de toda feria, también explica en gran medida la disminución del público asistente.
De acuerdo a versiones oficiales, por ejemplo, el pasado 30 de abril, “Día del Niño”, fue el día de mayor afluencia de público a las instalaciones, con unos 40 mil visitantes. Pero la cifra, incluso en el caso de ser real, dista mucho de ser un promedio.
La expo feria anda de capa caída. Hasta circula por ahí un chascarrillo acerca de su patente invisibilidad.
La gente percibe, a pesar de todo, que el país no está para fiestas. La violencia durante su jornada inaugural, con el atentado contra la titular de Seguridad Pública debe haberle recordado a mucha gente en qué Morelia vivimos desde los granadazos de septiembre de 2008. Y los impulsores de la feria, a su vez y a pesar de sus estrategias, no han atinado a encontrar la manera de remendar una tradición rota y violentada. Un signo de los tiempos.

La historiadora Cinthya Vargas, de la coordinación de investigación histórica para el Pabellón Bicentenario.

Vista general del auditorio del pabellón, donde se realizan diariamente distintas actividades escénicas.

La responsable del guión museográfico del pabellón, María Eugenia Fuentes Lanning, directora del MACAZ.

La primera maqueta de trabajo con la que fue definida la disposición general de espacios en el pabellón.

VIDEO

Algunas de las actividades emprendidas con alumnos de la Secundaria Federal No. 12, Biólogo Wenceslao Victoria. Video realizado el martes 4 de mayo hacia las 11:00 a.m. en instalaciones de la expo feria.