Tuvieron que transcurrir dos años, nueve meses y seis días para que la escultura monumental Mujer, de Alfredo Zalce, volviera a la vida pública tras el accidente que sufrió la tarde del 14 de enero de 2010, cuando la caída de un árbol lesionó la base de la estructura.
Valga recordar, en nombre de la justicia, que el último verdadero director del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce (y que fue una mujer: la maestra María Eugenia Fuentes Lanning), se ocupó en su momento de emprender las acciones necesarias para preservar la pieza y para iniciar ante el INBA los trámites correspondientes para las tareas de restauración por parte de personal calificado. Sin embargo, la intervención jamás se concluyó pues la Secretaría de Cultura (a la sazón encabezada por Jaime Hernández Díaz), nunca terminó de disponer del porcentaje de la inversión económica que le correspondía, en un formato de cofinanciamiento bipartita federación-estado, de modo que la pieza permaneció durante poco más de treinta meses en el ala derecha del jardín del museo, protegida por una tienda de campaña.

Pendiente saldado
Una de las muchas, muchísimas cosas que se le pueden reprochar a la administración que encabezó durante el sexenio pasado Jaime Hernández (pero que tampoco fueron una novedad, dada la experiencia que todos los relacionados con la cultura le conocimos una década anterior, durante su periodo como director del Instituto Michoacano de Cultura, a partir de 1996) fue la estudiada desidia con la que se dejaron en stand by todos los pendientes acumulados con el legado de Alfredo Zalce.
Como integrante del patronato responsable de impulsar un proyecto cultural para la casa de Alfredo Zalce, nada hizo, salvo pasarle la bolita de las declaraciones comprometedoras a los demás integrantes del patronato: (el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, el entonces edil moreliano Fausto Vallejo, la doctora Silvia Figueroa Zamudio, de la Universidad Michoacana…).
Tampoco pasó más allá de las palabras en el tema del fragmento del mural La historia de la industria y el comercio en México, que el INBA presentó restaurado desde 2004, tras rescatarlo de la tragedia del terremoto de 1985 en la ciudad de México, con la intención de que la obra regresara al Michoacán natal del artista. Precisamente dos días antes de que el árbol cayera sobre la escultura Mujer, en los jardines del Macaz (hecho que acontecía el jueves 14 de enero de 2010 poco antes de las 3 de la tarde), el martes 12, durante el acto conmemorativo natal del creador patzcuarense, Hernández Díaz afirmó que las conmemoraciones del centenario de la Revolución Mexicana y del bicentenario de la Independencia, previstas para ese año, podrían contribuir a que al menos dos de las tres deudas institucionales pendientes con la memoria del maestro Alfredo Zalce pudieran cumplirse: el traslado definitivo a Morelia del fragmento mural y el establecimiento de un centro cultural en el inmueble de Camelinas 409 esquina con Vicente Santa María, donde el autor tuvo por más de cincuenta años su casa-taller.
Ambos compromisos se fueron postergando al amparo de diversos argumentos. Pero el hecho es que al llegar el 12 de enero de 2011, en el siguiente aniversario natal de Zalce, no se había consumado ni el proyecto de su casa taller ni el asunto del traslado del mural, a los que ahora se había sumado el percance sufrido por la escultura en el Macaz.
Olímpicamente, esas tres prioridades para con la memoria a don Alfredo se quedaron en el archivo.
Lo más cuestionable es que, precisamente, en aquel año de celebraciones centenarias y bicentenarias, cuando la federación distribuyó recursos para que se cumpliera en los distintos estados del país con programas alusivos, ni un centavo se redirigió a los pendientes con Zalce.
Conservo en este mismo blog la nota en la que Hernández Díaz afirmaba estar casi completamente seguro de que algo se podría hacer a favor del acervo del muralista. El enlace, aquí.
En aquella ocasión el funcionario afirmó: “Por fortuna, existe una partida presupuestal, de parte de la federación, con la que es viable concluir el asunto pendiente de la estructura que dará soporte al fragmento del mural”.
¿Qué fue de ella? Estamos todos como el Longe Moco: nadie sabe, nadie supo.
En cuanto a la habilitación y puesta en marcha de la casa de Alfredo Zalce como un centro cultural, aquella vez el funcionario se mostró mucho más prudente. Adujo: “el patronato creado para la casa del maestro Zalce es una instancia de la cual la Secretaría de Cultura es apenas uno de sus integrantes. Por respeto a esa situación yo no puedo adelantar algo que no haya sido previamente acordado por el patronato en su conjunto. Lo que sí puedo decir es que se ha avanzado en el estudio de distintas alternativas para ese espacio a lo largo de reuniones que hemos sostenido en 2009, pero cualquier declaración oficial debe ser formulada por el patronato en su conjunto, posiblemente en el transcurso de este mismo año”.
La posibilidad, está a sobras visto, no llegó.

Memoria de un accidente
En cuanto al incidente en sí, con la escultura Mujer, como se recordará fueron las lluvias y los fuertes vientos que surcaron la ciudad hace dos años las que ocasionaron que un pino se precipitara sobre el ala norte del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, en Morelia, causando daños al torreón, que es el elemento arquitectónico más bello del inmueble. Si ya de por sí ese incidente era grave, durante las labores para retirar el árbol, la caída de un segmento del tronco alcanzó a lesionar la escultura Mujer, realizada por el artista patzcuarense, la cual se localiza en el jardín del museo.
El incidente ocurrió el jueves 14 de enero, cuando uno de los pinos que flanquean los jardines del MACAZ cedió a los embates del viento. Al accidente contribuyeron tres hechos: que el terreno se había reblandecido a causa de las lluvias de la última semana, a que las raíces del pino no eran muy profundas y a que, además, se habían resentido por los trabajos que varias semanas antes habían emprendido empleados del municipio de Morelia para intervenir los distintos caminos pavimentados que surcan el parque Bosque Cuauhtérmoc, durante los cuales se lesionaron las raíces de algunos árboles.
El día del incidente, trabajadores de Parques y Jardines del ayuntamiento de Morelia acudieron para retirar el árbol cuya copa cayó sobre el torreón del museo, luego de que el departamento de Bomberos de la ciudad se declaró incapaz de emprender con éxito esa tarea. Los trabajadores municipales se vieron obligados a talar el tronco del árbol en por lo menos siete ocasiones, ya que el peso del tronco impedía cualquier maniobra con grúas. La estrategia funcionó, pero cuando el tronco finalmente se vino abajo, alcanzó a golpear la base de la escultura, que quedó inclinada en un ángulo de unos 70 grados. Al momento en que los trabajadores retiraron el árbol, la escultura terminó de caer al suelo.
Yo alcancé a grabar las maniobras que se emprendieron y casi capté el momento en que el árbol golpea a la pieza. Distaba yo unos cuarenta metros del lugar del siniestro (como se dice), pero me encontraba fuera del perímetro del jardín del museo y los arbustos sobre la reja impiden ver, en la toma, el golpe en sí a la escultura zalceana. Como sea, este es el material, que subí en su momento y que ahora reinserto debajo de estas líneas, en este post.

Mujer: el accidente en enero de 2010


Como cité al comienzo de este post, luego del acontecimiento, la maestra María Eugenia Fuentes Lanning, a la sazón directora del MACAZ, tramitó con toda oportunidad las gestiones ante el INBA para que peritos especialistas vinieran a evaluar los daños y formular las recomendaciones pertinentes. Sin embargo, el trámite nunca se concretó, entre otras razones porque el Secretario de Cultura, Jaime Hernández, nunca demostró en los hechos la voluntad política de restaurar la pieza.

Pendiente saldado
Ha sido apenas hasta ahora, con la nueva administración de la Secum, que se ha acudido a recursos domésticos para intervenir y poner en pie a la escultura. El resultado de los trabajos fue ofrecido el pasado viernes 26 de octubre,en un acto donde la Secretaría de Cultura presentó, ya restaurada, la escultura Mujer, acompañada de sus piezas hermanas Bailarinas y Acróbata.
Los trabajos de restauración y mantenimiento corrieron a cargo de José Luis Aguilar Pahua, quien aparte de sus conocimientos en la materia es actualmente el representante sindical de los trabajadores del Museo de Arte Contemporáneo ante el STASPE.
Durante el acto de develación, explicó diversos hechos relativos a la tarea de restauración, tal como se puede apreciar en el video que abre esta entrega. Entre otras cosas, precisó que los ejes que conforman el esqueleto de metal de Mujer habían perdido su estructura lineal a causa del accidente, por lo que hubo que estabilizarlos. Posteriormente se procedió a resanar con los mismos materiales utilizados por Zalce para colocar e “injertar” las partes que se desprendieron producto del accidente.
Satisfecho por los resultados y por la experiencia de participar en esta labor, Aguilar Pahua dijo que además de la ficha técnica contó con un diagnóstico previo con base en la constitución y materiales de cada una de las obras. Explicó también que se invirtieron alrededor de tres meses en la realización de dichos trabajos.

Preservar lo que tenemos
Por su lado, el secretario de Cultura, Marco Antonio Aguilar Cortés, indicó que Zalce fue uno de los grandes pintores, escultores y artistas gráfico de nuestro país, por lo que su valiosa obra debe protegerse para evitar que se destruya y muera.
Se refirió al compromiso que recae en la actual generación de funcionarios de la administración pública para preservar los acervos y legados de grandes hombres, a fin de que ni las obras ni el recuerdo de sus autores mueran. Habló asimismo de la necesidad de estimular a los creadores, particularmente a los jóvenes, para que con el correr del tiempo también ellos puedan convertirse en grandes talentos desde todos los campos y áreas del arte.
Sentenció que la dependencia a su cargo denotaría falta de responsabilidad si las obras de Zalce se quedaran arrumbadas en los jardines del museo y felicitó al personal involucrado en dicho proceso de restauración, lo que permitirá a los visitantes del MACAZ apreciar lo que se hace con sus impuestos, y observar el cuidado que se presta a esta clase de recintos, abiertos con el propósito de que el público solace su espíritu, en aras de que éstos sean momentos de la cultura.