La actriz moreliana Ana Zavala en el monólogo para actriz y títeres Lágrimas de agua dulce (dramaturgia de Jaime Chabaud Magnus y dirección de Perla Szuchmacher). El trabajo se va a la XXXI Muestra Nacional de Teatro de noviembre, en Guadalajara.

El monólogo Lágrimas de agua dulce y la pieza La luna vista por los muertos son las dos obras morelianas que representarán a Michoacán en la XXXI Muestra Nacional de Teatro que se celebrará en Guadalajara del 5 al 13 de noviembre entrante.
Así lo dio a conocer este jueves 8 de septiembre, a las 18:00 horas, la Dirección Artística de la MNT, al publicar un post con el acta correspondiente en el
blog de la Muestra Nacional de Teatro.
El facsimilar digital del acta del jurado donde constan los resultados se puede consultar en dos enlaces (uno por cada cuartilla del acta): este y este.

Del monólogo de Ana Zavala
Nacida como proyecto gracias a una beca del Sistema Estatal de Creadores (Secrea) de Michoacán en 2007, Lágrimas de agua dulce es uno de esos casos en los que la ciega sabiduría del “azar” o del “destino” congrega en un proyecto a las personas adecuadas. La dramaturgia de Jaime Chabaud (Perder la cabeza, Oc ye Nechca, Rashid 9/11, Tempranito y en ayunas, Lluna y el cuadro El pirómano en Me cago en Freud, entre muchas otras) cumple con singular oficio una de las máximas de la construcción de caracteres (“como autor, tienes que ser despiadado con tu personaje”), al darle a Sofía un conflicto exacto y a la medida de sus atributos. Con la colaboración de Perla Szuchmacher, Chabaud también redimensionó su dramaturgia original para trasladarla al campo del monólogo y los títeres. Mientras, Edyta Rzewuska, Haydeé Boetto y Ben Hadad Gómez conciben una escenografía y unos títeres que contribuyen, con sus cualidades, a modular la intensidad conceptual y emotiva de lo que se nos está contando, pues acuden al estambre, que es un material cálido y generoso, a partir del cual atenúan sin maquillarlas las dolorosas situaciones de la tragedia que estamos viendo. La música de Félix Bailón Guarro y Alejandro Barrera Cateto es la discreta cereza de un pastel cuya almendra es la actriz Ana Zavala que convence y conmueve en cada uno de los ocho o diez personajes a los que da vida (ya como títeres de mesa o como simples objetos animados), con una gran dosis de ludismo.
Un espectáculo que mereció el primer lugar en la Muestra Estatal de Teatro de Michoacán 2008 y que desde entonces ha recorrido con mucha fortuna (la que se merece, después de todo) diversas regiones del país.


Los actores Yazman del Toro y Verónica Villicaña en una escena de La luna vista por los muertos (dramaturgia de Daniel Rodríguez Barrón y dirección de Sheyla A. Rodríguez). El trabajo también representa a la entidad en la MNT de noviembre en la capital tapatía.

De La luna vista por los muertos
Distribuida en diez cuadros, de los que la versión moreliana conserva unos ocho, la pieza La luna vista por los muertos (Daniel Rodríguez Barrón, 2001) fue ganadora en su momento del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo.
La versión del grupo Aleatorio Teatro, de Morelia, fue montada a comienzos de este 2010 como un ejercicio de dirección escénica por alumnos del cuarto año de la licenciatura de Teatro de la Escuela Popular de Bellas Artes.
Dirigida por Sheyla A. Rodríguez y producida por Paulina Cuiríz Ríos, lo más inquietante de la pieza es que la situación que plasma es, desde una perspectiva extra-teatral, espeluznantemente real. La Luna vista por los muertos registra el anémico pulso de una generación de jóvenes y adolescentes que, despojados de ideales, inspiración, objetivos o siquiera disciplina, dejan que la vida se derrame y pase de lado sin tocarlos siquiera. Ya no se trata de desafiar ni de arriesgarse, sino simplemente de llamar la atención lo menos posible, de moverse lo menos posible, de sufrir lo menos posible mientras llega… ¿qué? Acaso la carroza alada del tiempo. Acaso las “buenas noches” de la loca Ofelia.
Uno de los diálogos más depresivos del trabajo, en labios del personaje de Julia (Verónica Villicaña), expone claramente el tema de esta pieza: “¿Sabes? –le dice a Leotario–, la esclavitud no consiste en ir a trabajar de ocho a seis para que te den libre el viernes por la tarde; la esclavitud consiste en que para el viernes por la tarde ya no tienes ganas de nada, excepto de drogarte, de tomar la pastilla y de coger con quien me sienta más segura sin correr el riesgo ni de ligar”.
El texto de Daniel Rodríguez Barrón no idealiza ni escarnece a sus personajes, nos los muestra tal cual son: un “estremecimiento entre dos Nadas” (Nietzche), mientras lidian sus diminutas batallas, cada uno de su lado de la cama; ese espacio decisivo que no abandonan ni para un “mano a mano”, masturbándose cada uno por su lado.
En medio de apuntes crudos a un nihilismo extremo, en el que todo ha perdido su sentido, la dirección de Sheyla A. Rodríguez propone una puesta en escena muy limpia, que hace eco de las ascépticas (o mejor, esterilizadas) emociones de sus personajes. Ha suprimido incluso el desorden de revistas y periódicos propuesto por la dramarturgia original para quedarse con una habitación de inmaculado blanco que a momentos deviene perfecta cripta sepulcral y en la que sólo rompe el pequeño televisor de color oscuro, mientras el escenario permanece bañado por enfermizas luces lechosas que viran ocasionalmente al malva, al rojo o al azul.
El tono de la puesta no parece responder al intenso desencanto de la dramaturgia. Le faltan matices, particularmente, al personaje de Leotario, así como un sentido general más acentuado de orfandad, de sinsentido, a ese limbo inútil de una espera que revela el taedium vitae que devora a cada instante unas vidas jóvenes (y que por lo mismo resulta mucho más cruel que si estuviéramos ante personajes instalados ya en el ocaso natural de sus existencias). El tono de la obra necesita, me parece, ser bien enfocado. Por lo demás, técnicamente, lo que se ofrece está muy limpio.

La lista completa
Lágrimas de agua dulce y La luna vista por los muertos compartirán escenarios con un total de 28 títulos, que son los que forman parte de la selección oficial de la XXXI Muestra Nacional de Teatro. A esta lista deben añadirse tres obras más que son “invitadas institucionales”, lo que da un total de 31.
Once de las veintiocho obras seleccionadas pertenecen a la capital del país y las demás representan a solamente once de los 30 estados restantes de la República Mexicana. A continuación, el texto del acta de la dirección artística y los títulos que entre el 5 y el 13 de noviembre se presentan en Guadalajara:

Del treinta y uno de agosto al dos de septiembre de dos mil diez, se reunió la Dirección Artística de la XXXI Muestra Nacional de Teatro, integrada por los maestros Raquel Araujo, Édgar Chías, José Ramón Enríquez, Enrique Mijares y Alejandra Tello, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, para deliberar y conformar la programación de la Muestra. El resultado es el siguiente: Obras seleccionada por la Dirección Artística:

Baja California
El hombre sin adjetivos, de Mario Cantú Toscano. Dirige Daniel Serrano

Distrito Federal
Cabaret Noir, de Gustavo Proal. Dirigen Paola Izquierdo y Roam León
Descomposición, texto y dirección de Alfonso Cárcamo
El gallo, de Paul Barker, dirige Claudio Valdéz Kuri
El pájaro Dziú, de Marcela Castillo, dirige Anick Pérez y Marcela Castillo
La impro lucha, de José Luis Saldaña y Omar Medina, dirige José Luis Saldaña
Incendios, de Wadji Mouawad, dirige Hugo Arrevillaga
Los sueños de Paco, texto y dirección de Carlos Corona
Migrantes errantes, de Noé Morales. Dirige Alicia Sánchez
Nezahualcóyotl, texto y dirección de Juliana Faesler
Oleanna, de David Mamet. Dirige Enrique Singer
Riñón de cerdo para el desconsuelo, de Alejandro Ricaño. Dirige Angélica Rogel

Michoacán
Lágrimas de agua dulce, de Jaime chabaud. Dirección de Perla Szuchmacher
La luna vista por los muertos, de Daniel Rodríguez Barrón. Dirige Sheyla A. Rodríguez

Nuevo León
El concreto y la sed, creación colectiva. Dirige Thierry Thurmel
Papá está en la Atlántida, de Javier Malpica. Dirige Alberto Ontiveros

Puebla
La creación del mundo y la primera culpa del hombre, de Félix Lope de Vega. Dirige Martín Acosta

Querétaro
Querido Diego, te abraza Quiela, de Elena Poniatowska. Dirige Mauricio Jiménez

San Luis Potosí
La muerte de Büchner, texto y dirección de Edén Coronado

Sinaloa
Cananeas, texto y dirección de Sergio Galindo

Tamaulipas
¿Quién es Macbeth?, adapta y dirige Medardo Treviño
Meda y Jasón, adaptación de Gerardo castillo. Dirige Marcial Salinas

Veracruz
Idiotas contemplando la nieve, de Alejandro Ricaño. Dirige Alberto Lomnis

Yucatán
Nuestra señora de las nubes, de Arístides Vargas. Dirige Nelson Cepeda
Horacio o la implosión, adapta y dirige Ulises Vargas

Jalisco (seleccionadas a través de la Muestra Estatal)
Adiós, querido Cuco, de Berta Hiriart, dirige Susana Romo
Perros hinchados a la orilla de la carretera, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz-Monasterio. Dirige manuel Parra
Ubú rey, de Alfred Jarry. Dirige Ihonatan Ruíz

OBRAS INSTITUCIONALES
El gesticulador, de Rodolfo Usigli. Dirige Beto Ruiz (Compañía Estatal de Teatro de Jalisco)
Cristóbal Colón, de Vivian Blumenthal. Dirige Rafael Sandoval (Compañía Metropolitana de Teatro de Jalisco)
El jardín de los cerezos, de Anton Chéjov. Dirige Luis de Tavira (Compañía Nacional de Teatro / DF)