Una vida mejor abre el FICM

Vivir y morir en L.A.



Como ya se ha vuelto tradición (una costumbre solamente rota durante 2007, cuando se exhibió la producción hispana El orfanato), le corresponde a un filme independiente norteamericano abrir esta noche las actividades del Festival Internacional de Cine de Morelia, que en este 2011 alcanza su novena edición. Se trata del correcto drama Una vida mejor, un insólito filme de Chris Weitz (Nueva York, 1969)… y digo “insólito” porque el realizador es mayoritariamnte conocido por filmes como Crepúsculo (EU, 2009, de la saga Luna Llena), American Pie (EU, 1999) y La brújula dorada (EU, 2007). Los títulos lo dicen todo: un cine de cierta pretención, con algunas inspiraciones literarias (sólo me refiero, que conste, a La brújula dorada), pero decididamente sus filmes son artículos predigeridos y orientados a esa macabra vertiente del showbussines llamada “el sano esparcimiento”.
Una excepción serían, quizás, algunos momentos de otro filme suyo: De vuelta a la Tierra (EU, 2001) en la que un aspirante a realizador de cómics moría y recibía una seguna oportunidad de cumplir sus anhelos, para lo cual reencarnaba como un empresario. Pero incluso en este discreto y bien llevado relato fantásico se imponían los modismos propios del melodrama hollywoodense en uso.
Por eso sorprende ver a un cineasta de este tipo adoptando una postura más seria, digamos, más formal o, para decirlo de otro modo, con un contenido social explícito.
Sin duda, en la elección de este proyecto al cineasta le han pesado las raíces, ya que Weitz es nieto de la actriz mexicana Lupita Tovar: una estrella de comienzos de nuestro cine sonoro.
El hecho es que Weitz es el invitado de este año para la apertura, y aunque al conocer el tema de Una vida mejor lo primero que uno hace es encogerse de hombros y preguntarse si nos hacía falta otro docu-drama de tema migrante y con buenas intenciones, lo cierto es que el realizador no lo hace mal y consigue algunos toques profundos acerca de una lealtad que se abre paso en medio del fatalismo cotidiano a la hora de contarnos la historia de Carlos Galindo (Demián Bichir), un jardinero de origen mexicano que trabaja ilegalmente en el este de Los Ángeles y que se esmera por sacar adelante a su hijo adolescente en medio de un ambiente difícil.
Lo verdaderamente sobresaliente en este trabajo, si lo hay, es la actuación de Demián Bichir, quien construye a su personaje con intensidad y logra hacer visible y muy emotivo a un hombre al que la mayoría de la gente no voltea a ver dos veces.
Presumiblemente, Demián Bichir estará presente esta tarde de gala. Habrá novedades. Estamos al tanto.
Y como es una función de gala, no habrá acceso al público sino sólo a invitados especiales. Les dejo el tráiler, pero no se apuren: la cinta no tarda en ser estrenada comercialmente.

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